Un trastorno de ansiedad es una enfermedad definida que se manifiesta con un conjunto de síntomas específicos. Una forma común es el llamado “Trastorno de ansiedad generalizada”.
La persona que sufre de ansiedad generalizada experimenta un vago pero continuo temor “de algo”, sufre temores y preocupaciones irreales con respecto al empleo, salud, etc. Estos temores se tornan tan intensos y persistentes que impiden el funcionamiento normal de la persona, debilitan su eficacia de rendimiento y su capacidad de concentración.
La persona que sufre de ansiedad, experimenta estos intensos temores durante seis o más meses consecutivos, los síntomas más frecuentes son: tensión muscular (dolores o sensibilidad en los músculos), sensación de fatiga (cansancio profundo), molestas gástricas, dificultades del sueño (tarda en dormirse o sueño inestable), sensación de inestabilidad (desasosiego), dificultad de concentración, irritabilidad o susceptibilidad excesiva, palpitaciones, etc.
El trastorno de ansiedad afecta un porcentaje de la población. Puede darse en la infancia pero con más frecuencia se encuentra después de los 20 años.
Desde el punto de vista homeopático, la ansiedad aparece como una manifestación integrada en un conjunto de manifestaciones que nos dicen que no estamos bien como personas, que hay algo que nos está afectando y que nos mantiene en un estado de desequilibrio, que entre otras cosas se manifiesta como ansiedad. El homeópata deberá indagar las causas y circunstancias de su vida asociadas a períodos de ansiedad y además otras manifestaciones que revelen y pongan en evidencia el desequilibrio sistémico, para seleccionar de entre los varios medicamentos de fondo constitucional, cual es el que más se asemeja a su totalidad sintomática.
Como otras enfermedades, la ansiedad responde a tratamientos homeopáticos individualizados. Entre los medicamentos frecuentemente prescritos en pacientes con problemas de ansiedad, figuran medicamentos como Arsenicum album, Ignatia, Pulsatilla, Nux vomica, Argentum nitricum, Phosphorus, Nitricum acidum, Borax, Phosphorus, Gelsemium, Stramonium, Agaricus, Moschus, Zincum valerianicum, Passiflora incarnata, Acónitum y otros. El medicamento seleccionado con su correspondiente dilución puede variar de una persona a otra dependiendo de sus características personales, de su historia individual, de las características particulares de sus enfermedades, entre otras cosas. El tiempo de tratamiento puede ser más o menos prolongado y depende de la respuesta y compromiso individual del paciente con su tratamiento.
El homeópata, asimismo, le dará una serie de consejos para lograr una reducción del estrés: puede incluir técnicas de relajación y respiración, mejor manejo del tiempo, ejercicio físico, yoga, tai-chi, caminar…, así como cambios en la alimentación: por ejemplo, la eliminación gradual del café, estimulantes, chocolate, azúcar, alcohol, refrescos que contengan cafeína y otras sustancias perjudiciales.
El tratamiento prescrito por el homeópata le permitirá, no solo controlar la ansiedad, sino además, lograr bienestar en otros aspectos de su vida que pueden estar afectados por la misma ansiedad o presentarse en forma concomitante como manifestaciones o problemas aparentemente distintos pero que tienen su origen en el mismo desequilibrio sistémico. Recuerde que las personas somos seres integrales donde nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro espíritu son un todo, y nos comportamos como un todo cuando estamos sanos y también cuando estamos enfermos, ese todo debe ser comprendido como un sistema único e indivisible.
ShareNOV