Vivir envejece

Vivir envejece. Por mucho que nos pese, es así. Cada vez que respiramos nos hacemos un poquito más mayores. Tampoco se trata de ahogarse para sortear la aparición de canas y arrugas. Los más presumidos pueden probar con un poco de tinte en el pelo, si aún les queda, claro. El resto podemos practicar aquello de una alimentación  más saludable para retardar las consecuencias del paso del tiempo sobre nuestro organismo.

Vivir envejece
Hace tiempo que los beneficios de la dieta mediterránea sobre la salud humana gozan de buena fama por prevenir las enfermedades crónicas y aumentar la esperanza de vida. Pero nunca hasta ahora se había demostrado a nivel molecular la contribución de una alimentación saludable a una mayor longevidad.

Los entresijos genéticos que explicarían por qué una dieta saludable contribuye a una mayor esperanza de vida. La clave está  en los telómeros.

¿Los telo-qué?

Los telómeros protegen las puntas de los cromosomas, que contienen nuestro material genético dentro de las células, como si fueran las fundas de plástico que recubren el inicio y el final de los cordones de un zapato. Su longitud se asocia a la esperanza de vida: por eso, a medida que nos hacemos mayores, los telómeros se hacen más cortos. Por primera vez, un equipo de investigación, liderado por Crous-Bou, ha observado que una mayor práctica de la dieta mediterránea se relaciona con telómeros más largos.

La dieta mediterránea se diferencia por la simplicidad y la variedad en la alimentación, basada en una combinación equilibrada de productos frescos y de temporada. La cesta de la compra de los países mediterránea está llena de verduras, fruta, frutos secos, cereales sin refinar y legumbres, sobre todo guisantes, habichuelas y lentejas.

El cuerpo se oxida

El oxígeno es un arma de doble filo: respirar es básico para sobrevivir, pero también está involucrado en el proceso celular que nos envejece. En el curso de metabolización del oxígeno para conseguir energía, se forman radicales libres, enlaces débiles responsables de la inestabilidad y la oxidación celular que se asocian al envejecimiento y enfermedades como las cardiovasculares y el cáncer. Hay nutricionistas que recomiendan una dieta rica en alimentos  antioxidantes para ayudar a revertir esta degeneración.
Las vitaminas A, C y E son los principales antioxidantes que contribuyen a frenar los efectos del envejecimiento. La mayoría de estos compuestos se encuentran en alimentos de origen vegetal: frutas y verduras, mejor crudas. Algunos de los alimentos con mayores propiedades antioxidantes son: cítricos, aguacate, zanahoria, brocoli, frutos rojos (arándanos, moras, frambuesas y fresas), coles, uvas, tomates, espinacas y cebollas.

Fuente. El País

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